A Rafita le conocemos desde que tenía 14 años, era nuestro vecino de la puerta de enfrente. Por aquel entonces, se imaginaba lejos de su pueblo, sufrió mucho, no fue fácil, menos mal que se puso el mundo por montera, las uñas de colores y los tacones por aliados. Entonces conoció a David y ahí cambió todo, afortunadamente.
La navidad les encanta, y las luces. Así pues; la preboda, no podía ser en otro lugar más que en el Madrid navideño. El día de la boda fue un día feliz, en el que estuvieron apoyados por sus familias y amigos. Por esas madres orgullosas y esos abuelos emocionados. El reportaje de fotos de la posboda lo realizamos en sus amados jardines de La Granja, donde subimos a la fuente a la que subía David de pequeño con su abuelo. Y hubo besos, muchos besos, porque se quieren y se lo demuestran. Y, si a alguien no le gusta verlo, lo siento por él, porque ellos seguirán queriéndose, a pesar de a quien no le guste.
Un encanto de pareja...