Las bodas también pueden celebrarse en invierno, a nosotros nos encantan, tienen algo especial. Aparte del reto que supone la escasez de luz y las inclemencias del tiempo, nos encantan sus colores, su intimidad, sus texturas...

Como la de María y Jaime que se celebró hace ya seis años, ¡como pasa el tiempo! pero re visionando las fotos, nos damos cuenta que, una vez más, cumplen su misión: congelar el instante para rememorarlo las veces que haga falta.

Adentrarse en las familias de nuestros novios, conocerles en las distancias cortas, capturar esas miradas, esas complicidades con sus seres queridos...es para nosotros todo un lujo que correspondemos como mejor sabemos. Llevamos queriendo mostrar este enlace celebrado en el molino de la venta de demasiado tiempo, no podíamos demorarlo más. Es nuestra misión trasmitir que el verano también va en el interior de las personas.

Un encanto de pareja...