Las emociones son cosa vuestra
Dos años después de esta boda tengo que reconocer que no sabía como enfrentarme a ella. Cuando te implicas con las personas, con sus historias y tienes que trabajar con sentimientos, intentas mantener una "distancia emocional de seguridad" para no terminar llorándo. Aunque nosotros casi nunca lo conseguimos y terminamos llorándo o riendo con vosotros detrás de la cámara.
En esta boda había ausencias importantes que no sabíamos como repercutirían a lo largo del día, sobre todo para Irene. Pero tenemos que reconocer que estuvo entera en todo momento, que es una tía valiente, muy madura y que no dejó de sonreir en ningún momento. Recordó a los suyos a su manera, sin dramas de ningún tipo. Les extrañó, seguro, pero les sintió cerca y vivió su boda como lo que fue: una verdadera fiesta.
Siempre decimos que gran parte de la boda la hacen los invitados, son los que marcan el ritmo de la misma. En esta había muchisima gente joven, con ganas de divertirse y de pasarlo bien. Con ganas de bailar desde el cóctel, donde hubo un grupo amenizandolo, hasta el final. Y así lo hicieron. Por eso, entre otras cosas, decidieron hacer posboda, porque querían disfrutar de ese momentazo del cóctel con todos sus amigos.
Nosotros narramos las historias a través de imágenes pero los besos, las miradas, los abrazos, las carantoñas, los bailes, las caricias...eso, lo ponéis vosotros. Y cuando dos personas se quieren de verdad y lo demuestran, todo fluye.
Un encanto de pareja...