¿Quién dijo miedo?
Desde luego, no fueron ni Estefanía, ni Oscar los que lo dijeron. Se casaron en el convento San Juan de la Cruz en Segovia y continuaron la fiesta en el hotel Cándido de la capital. La posboda, con sorpresa, la hicimos en Las Hoces del Duratón y en San Miguel de Bernuy.
Como buenos amantes del ciclismo, el previo, decidieron hacerlo con sus bicicletas . Y el día de la boda los gemelos del novio llevaban también un guiño a este hobby.
En cada historia que contamos buscamos la belleza en instantes mágicos. Puede encontrarse en una novia atándose los zapatos, un reflejo en el coche, una lámpara o en una conversación robada tras los cristales. Con lo que no contábamos era con las inclemencias del tiempo, aunque si se le da la vuelta a la tortilla como hizo esta pareja, la belleza surge por sí sóla.
El hermano de Estefanía tiene una empresa de canoas en San Miguel de Bernuy y a ella le hacía ilusión hacerse fotos con las canoas y en su pueblo, así que, cuatro meses después, para allá que fuimos. La tarde amenazaba tormenta y cuando ya nos íbamos de la ermita de San Frutos parecía que el cielo se iba a caer y el viento no nos dejaba ni caminar. Pero no quisimos tirar la toalla, ni nosotros, ni ellos.
Al llegar al pueblo, empezaron a caer cuatro gotas, pero cuando ya estaban metidos en el río cayó el diluvio universal. Lejos de amedentrarse y correr al coche, disfrutaron del momento, dejaron que el agua empapara sus cuerpos, pero no sus ilusiones. Y así, calados hasta la ropa interior, nos fuimos a casa de sus padres donde nos tuvieron que dejar ropa de cambio, pero mereció la pena.
Un encanto de pareja...